La central de carbón de Cerceda, en A Coruña, se apaga tras 30 años de historia. De sus 36 trabajadores, solo seis continuarán en su puesto durante cinco años para desmantelarla completamente.

La de Cerceda es una de las siete centrales en España que hoy deja de funcionar. El motivo es que no se ha invertido para adaptarse a las normativas ambientales europeas y aseguran desde las compañías propietarias que no es rentable.

Con su cierre, también caen decenas de puestos indirectos y las arcas municipales, ya que el Ayuntamiento dejará de ingresar un millón de euros al año por su cierre, por eso la localidad pide la reindustrialización de la zona con industrias alternativas para fomentar el empleo.

Uno de los trabajadores afectados es Bautista, que tiene 60 años y lleva desde el año 1981 en la térmica de Meirama. Afirma sentir "pena" de que "este enclave productivo no siga funcionando".

Aunque llegaron a ser más de 200 empleados solo en la empresa principal, ahora quedan 36. De ellos, casi una veintena se prejubilará y el resto de compañeros se colocarán en otros centros de trabajo de la empres.

El cierre de la térmica afectará no solo a estos trabajadores, sino también a los de empresas auxiliares y, en general, a toda la comarca. Según ha explicado el alcalde, Juan Manuel Rodríguez, "supone una pérdida de ingresos de un 1.300.000 euros".

Según grupos ecologistas, la de Meirama ha sido una de las centrales más contaminantes en Galicia, y también en España, aseguran que ha afectado a la salud de la población de la zona. Beñén Rodríguez, de la plataforma 'Galiza por una futuro sin carbón', ha explicado que la de Cerceda fue la segunda central térmica más contaminante de Galicia hasta 2018, y la segunda que más emisiones de efecto invernadero emitió.