La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) mantiene en aviso amarillo a Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura por la intensa calima, que puede reducir la visibilidad por debajo de los 1.500 metros, en especial en la tarde de este lunes.

Las islas encaran así el tercer día consecutivo de este episodio de calima, el más grave que se recuerda en más de una década, que durante el fin de semana provocó el caos en el tráfico áereo, obligando a cerrarlo durante horas en todos los aeropuertos del archipiélago.

Este lunes, Aena ha anunciado que todos los aeropuertos canarios vuelven a estar en condiciones de operar, si bien "con capacidad reducida". No obstante, el operador insta a los viajeros a comprobar con su aerolínea el estado de su vuelo, pues este todavía podría verse afectado por la calima, que ha reducido significativamente la visibilidad.

En estos momentos, ya están entrando vuelos en los aeródromos del archipiélago, aunque con regulaciones en las llegadas, de acuerdo con fuentes de Enaire, gestor de la navegación aérea en España.

Aena estimaba el domingo por la noche que la situación meteorológica ha afectado a unos 822 vuelos. Entre 12.000 y 14.000 pasajeros se han visto afectados.

Las clases, suspendidas

Por otra parte, la Consejería de Educación ha decidido suspender la actividad escolar en toda la comunidad autónoma, incluyendo las clases en las dos universidades del archipiélago para este lunes, debido a la situación meteorológica adversa.

Una medida que incluye también el cierre de las escuelas infantiles y la suspensión de cursos de formación del Servicio Canario de Empleo.

Precisamente, este episodio ha coincidido con la celebración del carnaval en las islas, por lo que en muchos centros estaban de vacaciones en cualquier caso, aunque sí ha afectado a los festejos.

Así, Las Palmas de Gran Canaria ha suspendido toda la programación de las fiestas para este lunes y ha aplazado su espectáculo más esperado, la Gala Drag Queen, hasta el viernes.

Alerta por viento

Asimismo, se mantiene la alerta por el fuerte viento, que ha superado los 90 kilómetros por hora, provocando en total más de 800 incidencias en las islas, sobre todo en Gran Canaria y Tenerife: se han registrado caídas de árboles, toldos, señales de tráfico, muros y farolas, e incluso se han desprendido planchas metálicas y el techo en algún supermercado.

El viento ha causado también daños en el telescopio de La Palma y destrozos en algunos centros escolares y establecimientos de restauración de Tenerife. En esta isla, el viento ha obligado al desalojo de los centros comerciales Siam Mall, Rosa Center, El Galéon y Fañabé, así como del Agromercado en Adeje, donde arrancó las puertas de entrada.

El domingo, las fuertes rachas llevaron incluso a dos embarcaciones a chocar entre sí en el muelle tinerfeño de Los Cristianos.

Los indicadores de partículas en suspensión, disparados

La OMS considera perjudicial para la salud que los límites de PM10, es decir, de pequeñas partículas de polvo, cenizas, hollín, partículas metálicas, cemento o polen, superen 50μm. De hecho, el umbral máximo de riesgo lo establece con una concentración superior a 90μm, y Canarias ha superado las 2.900.

El PM2.5, indicador de partículas respirables, también se encuentra disparado: el límite diario de la OMS sitúa el máximo en 25μm, mientras que la concentración recogida actualmente alcanza las 900μm.