Cientos de personas han despedido al joven marbellí Pablo Ráez, que consiguió convertir en fenómeno viral su combate contra la leucemia, y han arropado a sus familiares en la misa oficiada en la iglesia La Encarnación, ubicada en el casco antiguo de Marbella.

El velatorio del joven comenzó anoche en el cementerio Virgen del Carmen, situado en la carretera de Ojén, y los restos mortales de Pablo Ráez han estado acompañados por familiares, amigos y numerosas coronas y ramos de flores.

Poco antes de las cinco de la tarde ha llegado el féretro que ha sido portado a hombros hasta el interior de la iglesia en silencio, después ha comenzado la ceremonia donde el párroco se ha mostrado muy emocionado durante la homilía y al salir el féretro el silencio se ha roto por los aplausos de los vecinos.

Además de numerosos vecinos, ha asistido la mayoría de la corporación municipal, entre ellos el alcalde del municipio, José Bernal; el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y el de Ojén, José Antonio Gómez.

El Ayuntamiento decretó dos días de luto -hoy y mañana- en los que las banderas de la Casa Consistorial ondean a media asta y, aunque se decidió suspender la entrega de medallas de la ciudad, una de las cuales era para Pablo Ráez, su padre ha pedido que se mantenga el acto como estaba previsto para que se convierta en un homenaje.