La ciberviolencia cada vez es más habitual en las plataformas digitales. Aproximadamente, seis de cada diez personas sufren este tipo de violencia. Una de las víctimas de la violencia digital es Laida Hernández, usuaria de varias redes sociales desde hace cuatro años. "El primer insulto que recibí fue: '¿Qué hace esta vieja dando consejos?'", recuerda, tras lo que denuncia que recibe insultos y amenazas a diario. "Hay veces que me hunden, sinceramente", ha manifestado.

En este sentido, Jone Martínez, psicóloga general sanitaria señala que la "violencia digital hace referencia a las distintas formas de violencia que se producen a través de las nuevas tecnologías", como "los insultos o comentarios despectivos, o la distribución de contenido sexual sin consentimiento de la persona que aparece en el mismo" en "redes sociales, foros de videojuegos, o incluso en cadenas de mensajería".

El rastreo de los ciberagresores es complicado, ya que tras ellos se esconden perfiles anónimos. "El anonimato es un escudo para el ciberagresor. Hablar de perfiles y no de identidades no reconocibles 100% complica la persecución y la defensa", afirma Beatriz Córdoba, abogada.

Conocer la identidad de esos atacantes es un requisito indispensable para que la instrucción policial y judicial progrese. Por ello, se recomienda denunciarlo. Córdoba indica al respecto que "existen remedios legales, tanto policiales como judiciales, así como ciberpatrullajes por parte de los Cuerpos y Fuerzas del estado, y desde 2015 también existe la inclusión del agente encubierto informático", que velan para que este tipo de ataques no se queden impunemente en el anonimato de Internet.