Los 'chiquetes' han dado una nueva vida a Rada de Haro, en la provincia de Cuenca. Así es como llaman a los vecinos a los menores no acompañados que viven en un hogar instalado en la localidad y que les ha cambiado la vida a todos.

"Los chicos dan alegría", asegura una vecina a laSexta. Pasean con las bicis, ponen a punto el huerto y también dan trabajo. El panadero amasa más ahora que tiene que llevar género a los chavales y los seis educadores que viven con ellos.

"Ya se ven a los 'chiquetes' para un lado, para otro. Van al polideportivo, a la piscina, hay movimiento...", dice Fernando Arjona, alcalde de la localidad.

Para las mujeres los paseos son más amenos: "Las mujeres que quedan aquí que van a pasear, les da alegría ver a los chicos", afirma Mariluz Desviat, educadora del centro.

Y echan una mano para lo que haga falta: durante 'Filomena' se las arreglaron para limpiar las calles para todos los vecinos. Es por eso que sus educadores están encantados con ellos. "Ellos me dieron el cariño que yo necesitaba, estoy muy agradecida a mis chicos", dice Resurrección Rubio, la cocinera del hogar.

Algunos de estos jóvenes, como Arad y Mohamed, vivieron en el centro hasta cumplir los 18 años. Y después buscaron trabajo en granjas de la comarca, un granito de arena para aportar y revitalizar el territorio. "Mariluz es como una segunda madre para mí", subraya Arad. "Aquí encontramos otra vida que no esperábamos", confiesa Mohamed.