Xi presidió los actos acompañado de los máximos mandatarios de las tres ciudades que conectará este puente de 55 kilómetros, considerado el viaducto más largo del mundo en mar abierto.
La infraestructura, con un coste estimado de más de 15.000 millones de dólares y que debía ser inaugurada en 2016, servirá para afianzar el plan de China de convertir el delta del Río Perla en un centro tecnológico e industrial clave para el país.
Fuegos artificiales pusieron fin al acto ceremonial antes de poner en funcionamiento una compleja obra de infraestructura que arrancó en 2009 y que facilitará la conexión entre estas ciudades en un tiempo estimado de 40 minutos a través de una serie de puentes y túneles.