Los días pasan y siguen caminando solos. "Estoy durmiendo en la comisaría y en la calle", explica a Carlos Quílez para Arusitys un menor migrante no acompañado.

Hacen cola mientras les llega su oportunidad. "Esperamos a un centro", añade.

Organizaciones en defensa de los derechos humanos piden un reparto equitativo entre las Comunidades Autónomas para acabar con los hacinamientos en Cataluña, Madrid y Melilla. Piden también que en las distribuciones por edades y destino se tenga en cuenta su palabra.

"Sabemos que hay otros chavales que vienen del mismo país que tienen una edad parecida y lo normal es que intentemos ubicarlos para que haya cierta convivencia", afirma David del Campo, director de Cooperación Internacional de Save The Children.

Para no provocar nuevas sobreocupaciones en el resto de CCAA, se habiliten nuevos centros. Es fundamental que estén cualificados con personal capaz de lidiar con ellos. Recuerdan que son menores y necesitan rodearse de un entorno familiar. Los programas de acogida pueden ayudarían en su integración.

"Hacen falta recursos para que esas familias que tienen interés en apoyar estos procesos, como la matrícula de un colegio o la atención sanitaria", añade David del Campo.

Defiende la creación en todo el país de un único modelo de protección que les garantice un futuro y tengan un camino más fácil al cumplir los 18 años.