Un fin de semana más, varios centenares de personas se reúnen en el polígono de Rubí, en Barcelona, para realizar botellones y carreras ilegales. Unos encuentros clandestinos, multitudinarios e irresponsables en los que poco importa la situación de la pandemia de coronavirus ni la seguridad al volante.
Pese a que la concentración se produjo en la madrugada del viernes al sábado, las marcas de las gomas de los vehículos permanecen todavía tintadas en el asfalto. Además de ser maniobras muy peligrosas para los conductores también lo eran para la gran multitud que se concentraba en los alrededores bebiendo alcohol en la calle sin ninguna medida sanitaria.
Unas imágenes muy parecidas son las que se han visto en la noche del sábado en Llinars del Vallès, donde los Mossos d'Esquadra tuvieron que intervenir para dispersar a los cientos de jóvenes que hacían botellones mientras realizaban peligrosas maniobras con coches.
Allí, algunos de los presentes reaccionaron contra los vehículos policiales arrojando objetos y propinando patadas cuando los mossos pretendían poner orden. Los agentes ya están investigando algunas de las imágenes que circulan en redes sociales para dar caza a los autores de los hechos.