Sal como tal, no necesitan. Pero sí un buen acompañamiento. Un buen vino siempre es un buen acompañante de un buen pescado pero, ¿por qué no de insectos?

Polvo de hormiga negra, saltamontes, gusanos o incluso gusanos cubiertos de chocolate de blanco. Ya hay catas en las que estos ingredientes se combinan con un buen denominación de origen Rueda. Estos vinos son capaces de "maridar platos con diferentes sabores, diferentes texturas y diferentes intensidades", explica Santiago Moro, director general del consejo regulador DO Rueda.

Pero los insectos no se comen así como tal, sino que los integran en los platos. Por ejemplo, crujiente con cucaracha, migas con el polvo de las hormigas negras o un canelón de sepia con saltamontes por encima.

"Es crujiente total, creo que con el vino así fresco le va muy bien, como cuando comes quicos, así crujientes", explica una de las comensales. Y los halagos no dejan de repetirse: "Está muy bueno, es muy sabroso", comenta otra chica.

Sabrosos, fuente de proteínas y con pocas calorías. Con todo esto ya son ustedes los que deciden si hacerles o no un hueco en su menú.