Porque aunque Castilla y León albergue más de un 30% de las Semanas Santas declaradas de interés turístico internacional en España, esta región tiene mucho más: “Es la comunidad líder tanto en turismo rural como en turismo de interior y aportamos a través del enoturismo o de las rutas del vino” cuenta Javier Ramírez, director general de Turismo de Castilla y León.

Enoturismo que cada vez está más en auge en los viñedos de la Ribera del Duero. Unos vinos de gran calidad que se caracterizan por “la sobriedad, la potencia, la acidez y esa capacidad de guarda que tienen estos vinos” según Enrique Pascual, presidente D.O de Ribera del Duero.

En bodegas se imparten cursos de cata y se ofrecen platos perfectos para maridar y brindar con el mejor de los caldos. Pero también las ciudades castellano leonesas ofrecen turismo cultural, catedrales, edificios pintorescos o paseos que las convierten en auténticos museos al aire libre.

A partir del 21 de abril la región celebra su Ruta de la Tapa con 258 establecimientos adheridos y lo mejor de todo, tan sólo por euro y medio.