Una plaza es el punto de encuentro en el que, a diario, recogen a los menores. Llegan al centro y lo primero es un buen desayuno. "Les damos la posibilidad de que puedan seguir estando en una situación alimentaria correcta. Les ofrecemos el desayuno, la comida y la merienda", explica Marta Galligó, de la Fundació Tria Comtal.

Estas becas de comedor son prioritarias para que los menores de familias con dificultades económicas tengan, al menos, una comida completa al día. Según la Fundación Educo, uno de cada de cada tres niños y niñas en España está en riesgo de exclusión social y en verano el problema es mayor. Calculan que casi 600.000 niños pasan varias horas al día completamente solos o, incluso, en pisos compartidos.

"La precariedad laboral, de la que alertamos el año pasado, y la vivienda son dos barreras para la lucha contra la pobreza infantil", sostiene Clarisa Giamello, de la Fundación Educo.

Hay familias que llevan a sus hijos a centros específicos desde hace años. "Tengo cubierto un lugar para dejarles y recogerles. Aunque tenga que pedir un favor puntual para que los recojan, ya no son tantas horas", explica una de las madres.

Los padres y las madres juegan también un papel fundamental en estos talleres. "Los objetivos que tenemos con los niños se hacen y se consiguen conjuntamente con las familias, que son una parte activa", explica la educadora Ikrame Ayadi.

Este año uno de estos programas cuenta con un 30% más de solicitudes que se acaban transformando en sonrisas.