Coches colgados de los guardarrailes y arrastrados fuera del arcén en la carretera que une Manacor con Sant Llorenç. Al entrar en la localidad la situación empeora, el pueblo está devastado.

Las casas están aniquiladas y los vecinos trabajan incansables para achicar el agua. En las calles se acumulan los colchones, sofás, puertas, muebles... Todo inservible.

Los daños materiales, según ha confirmado la presidenta Francina Armengol, son altísimos y han pedido que se declare como zona catastrófica.

Un total de 11 vías están cortadas y dos puentes, afectados. Además unos 700 vecinos de varias localidades continúan sin luz. Muchos vehículos todavía flotan sobre el agua.

El 112 ha estado colapsado durante toda la mañana, muchas de las llamadas eran para ofrecer ayuda. También lo ha hecho el tenista Rafa Nadal, poniendo a disposición las habitaciones de su centro deportivo y su academia para todos los afectados que necesiten alojamiento.