La Generalitat catalana ha anunciado una inversión de 660 millones de euros hasta 2030 para renovar 420 kilómetros de carreteras autonómicas y adaptarlas al modelo de carreteras 2+1.

Se trata de una innovación vial que crea vías de doble sentido con tres carriles: las dos de los laterales sirven para la circulación en cada dirección, en tanto que el central se utiliza solo para adelantamientos y de forma alterna, de tal manera que no haya que invadir el carril contrario y se eviten accidentes. La separación se hace mediante medianas, barreras o pivotes, para que no se invada la circulación del carril contrario.

El Gobierno catalán confía en reducir los accidentes por choques frontales y se intervendrá en el 7% de la red de carreteras de Catalunya y el objetivo es reducir la mortalidad en un 20% en el total, y en más del 80% en los tramos en los que se actuará.

El sistema ya se aplica en tramos de tres carreteras

Este sistema ya se ha aplicado en tramos de la C-55, la C-16 y la C-58 y desde entonces, según el Govern, no se ha producido ningún accidente mortal causado por choque frontal o frontolateral.

Por su parte, los accidentes mortales se han reducido en un 90% y los siniestros con heridos graves, en un 50%.

Los criterios para definir y desarrollar actuaciones son tener un tráfico superior a 5.000 vehículos diarios, tener accidentalidad frontal y la gravedad de los accidentes, los tramos con mayor intensidad de tráfico y la continuidad de la red de altas prestaciones.

Las actuaciones se harán en las carreteras B-224, C-12, C-14, C-15, C-25D, C-26, C-31, C-35, C-37, C-51, C-55, C-59, C-63, C-65, C-66, L-310 y L-311.

Las ventajas de este sistema

El Ministerio de Transportes aprobó la primera norma que regulaba esta clase de vías hace dos años, en marzo de 2021. Según el departamento, esto tiene numerosas ventajas:

  • Mejores condiciones de seguridad respecto a la carretera convencional.
  • Mejor nivel de servicio, dado que se obtendrían velocidades medias de recorrido más elevadas.
  • Reducción considerable en el coste de construcción respecto a una autopista/autovía.
  • Menores afecciones ambientales respecto a una autopista/autovía.
  • Mayor flexibilidad de las condiciones de diseño, al no necesitar conseguir la distancia de adelantamiento necesaria para una carretera convencional.
  • Permite el adelantamiento de vehículos lentos donde su presencia resulte significativa.

En la presentación del proyecto catalán, el director general de Infraestructuras de Movilidad, David Prat, ha mostrado un gráfico con los accidentes mortales en las carreteras de la Generalitat que refleja un descenso pronunciado entre los casi 300 accidentes mortales anuales del año 2000 y los 100 de 2010, pero que hace patente también un estancamiento alrededor de la centena de siniestros mortales en los últimos diez años: "Actualmente tenemos una media de 84 accidentes mortales al año, pero estamos estancados ahí".