Da igual donde vaya, Carmen de la Fuente siempre está ausente, pensando en su hija de 19 años: "Soy una experta en mirar a mi hija, ver sus ojos y ver cómo le cambian los ojos y las facciones y sé que a los 10 minutos o a la media hora o le da una crisis o lo va a hacer".

Su casa es un bunker, pero ella siempre encuentra el modo de intentar quitarse la vida. La última vez, con paracetamol: "Yo creía que el para era menos grave que cualquier otro medicamento y te hace necrosarte el hígado".

910 380 600 es el nuevo teléfono antisuicidios va dirigido por primera vez en España a personas en riesgo de suicidio lo atienden profesionales y no voluntarios porque en esos instantes, solo sirve alguien formado. Alejandro Rocamora, psiquiatra, lleva 40 años en el teléfono de la esperanza y ha encauzado todo tipo de crisis: "Hay veces que la persona dice te estoy comentando esto pero o que quiero es morir y lo voy a hacer".

Profesionales y familias piden romper el tabú. El programa Salvados ha supuesto para ellos un gran paso. Sólo así, ahuyentando el estigma se podrá combatir una enfermedad que deja cada semana diez muertes silenciosas.