En plena reserva de la Biosfera de Doñana y a pocos kilómetros del Parque Natural, se acumulan toneladas de basura producidas por los casi 3.000 migrantes que viven hacinados en chabolas, en condiciones infrahumanas, y que han llegado hasta Huelva para trabajar como temporeros en la recogida de la fresa y los frutos rojos. Estos residuos provocan enfermedades e incendios, solo este año han sufrido 42 fuegos.
Pero vivir aquí no solo es un peligro para el entorno, también para la vida de los trabajadores, que construyen sus chabolas con materiales inflamables y muy cerca del propio vertedero. "Es duro, porque si se quema, se quema todo", "Hay mucha basura aquí y trae enfermedades", denuncian dos temporeros.
Las asociaciones de cuidado del medioambiente exigen soluciones. Juan Romero de Ecologistas en Acción reclama "¿Por qué los ayuntamientos no ponen un servicio diario de recogida de basuras?". También piden a los empresarios que den condiciones dignas a sus trabajadores: "Lo mínimo es que aquellos que se benefician del trabajo de estas personas costeen los alojamientos".