¿Dónde va el peregrino celeste | por el claro infinito sendero?, decía Federico García Lorca en uno de sus poemas dedicado a Santiago. Un camino infinito, rodeado de naturaleza, en el que nadie se hubiera imaginado un envase tirado en mitad de la senda, ni una colilla en la hierba. Ese es el Camino de Santiago que todos queremos y que entre todos tenemos que conservar.

Un camino sostenible en el que el cuidado del medio ambiente y el reciclaje también sean los protagonistas. Ecoembes, la organización que coordina el reciclaje de envases en España, facilita las herramientas para hacerlo posible a través de 'Camino del reciclaje', un proyecto medioambiental que dota a los albergues de papeleras azules y amarillas para separar y reciclar los distintos residuos, pero también de "bolsas hechas de botellas de plástico recicladas para evitar la 'basuraleza' en el camino", explica Carolina Martín, responsable de la iniciativa.

Es el quinto año que el proyecto está en marcha y el tercero para Isaac Vázquez, hospitalero del albergue San Lázaro, uno de los 453 'ecoalbergues' del camino: "Cuando empezó vaciábamos los contenedores una vez a la semana; ahora lo hacemos una vez al día", afirma, y los datos le avalan: en 2018 se reciclaron 248 toneladas, un 28% más que en 2017. Se depositaron 68.759 kg de envases en el contenedor amarillo (plástico, latas y briks) y 179.335 kg en el azul (papel y cartón).

Además, cuando un peregrino se hospeda en un 'ecoalbergue', obtiene un sello, y cuando consigue tres, si comparte una foto en las redes sociales con el hastag #ecoperegrino, hace posible que Ecoembes plante un árbol autóctono en una zona de Galicia.

Hay mil formas de vivirlo, pero solo una de conservarlo

Aquella persona que hace el Camino de Santiago, nunca lo olvida. El camino del reciclaje y del cuidado del medio ambiente también tiene que ser perenne: tirando cada residuo en su contenedor correspondiente, pero también ahorrando agua y energía.

Además de contenedores para reciclado, las paredes de los ecoalbergues guían a los senderistas con ecotips para ser más sostenibles: "Apaga la luz y enciende tu lado eco", "Cierra el grifo ante el derroche de agua" o "Haz que el Camino sea circular. Reduce, reutiliza y recicla".

Y cada vez más, en las zonas comunes, los peregrinos se responsabilizan de que las luces o la televisión se apaguen: "Me vienen a decir: ¿por qué está esta tele encendida? Cuando antes les daba exactamente igual", confirma sorprendido Isaac.

Pequeños gestos que hacen que sea posible que el Camino de Santiago siga siendo un trayecto para la reflexión, la espiritualidad y el disfrute de la naturaleza desde el respeto y la conservación. Como reza el lema de la campaña: "Hay mil formas de vivirlo, pero solo una de conservarlo: reciclando".