John Cronin es un joven de 21 años con síndrome de Down que tenía muy claro lo que quería ser de mayor: quería crear su propio negocio, aunque no sabía cómo enfocarlo, ni si quiera sabía que producto iban a vender.
John acabó la secundaria y empezaron a pensar ideas para su negocio. Entre las que barajaron, pensaron en hacer un camión de comida, algo que descartaron rápidamente puesto que ninguno sabe cocinar, según asegura Mark, el padre de John, a la BBC.
Y de repente llegaron los calcetines. "Toda su vida John había usado calcetines coloridos y locos, era algo que le encantaba y entonces sugirió que deberíamos vender calcetines", cuenta Mark. Sería el producto perfecto para que la personalidad de John se reflejara también en su trabajo.
Así nació la empresa, 'John's crazy socks': comercializan calcetines coloridos, de lo más originales con caras conocidas como la de Barck Obama, George H.W. Bush, Abraham Lincoln o el mismísimo Donald Trump, flequillo incluido.
Y la empresa creció, actualmente venden unos 1.400 tipos de calcetines diferentes y han llegado a facturar más de un millón de dólares en un año. Cuenta con un servicio al cliente inmejorable, puesto que cada par de calcetines viene con una tarjeta escrita a mano que dice "gracias", y si el pedido es de un lugar cercano, es el mismo John el que se acerca a entregarlo.
Otro gasto más
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