Navidad, fin de año, Día de Reyes... Son unas fechas en las que compramos mucho, consumimos mucho y regalamos más. Las cajas, paquetes y envoltorios se multiplican, y los viajes a los contenedores también.
Y es que separar este tipo de residuos es muy sencillo, los colores de los contenedores nos ayudan a orientarnos. De hecho, el año pasado batimos el récord, reciclamos más de 1'6 millones toneladas de envases de plástico, latas, briks y cartones. Aún así, seguimos teniendo dudas.
Por ejemplo, la caja del roscón, que contiene una parte de plástico y otra de cartón, ¿dónde debemos depositarlo, a los envases y plásticos o al de cartón? Cristina Muñoz, coordinadora de comunicación de Ecoembes resuelve la duda: "Lo ideal sería separar las dos partes, echar lo que es plástico en el contenedor amarillo y lo que es papel al contenedor azul".
Por tanto, tenemos margen de mejora. Otro ejemplo, la pequeña cubierta del envase de plástico de unas natillas, ¿dónde la llevamos? La respuesta correcta es que debe ir al contenedor amarillo.
Pero, ¿y lavar los envases, debemos hacerlo? Lo ideal es vaciar el envase, pero no necesitas lavarlo para que pueda reciclarse: "Es importante que gastes el producto antes de echarlo al contenedor amarillo, pero en ningún caso lo tienes que lavar porque estás desperdiciando recursos, un gasto innecesario de agua", explica la experta.
Tampoco debemos empaquetar los envases del contenedor amarillo para ahorrar espacio. A lo sumo, se pueden doblar para que ocupe menos espacio en el contenedor.
Igual ocurre con las cajas de cartón, que antes de depositarlas en el contenedor azul deberíamos plegarlas para que ocupen menos espacio y evitar así que desborden los contenedores.