El coronavirus deja en nuestro cuerpo secuelas que pueden ser crónicas y podrían acompañarnos de por vida. Unas síntomas que sufren ya muchos pacientes curados de la enfermedad, independientemente de su edad.

Es el caso de María. Con 27 años, en abril se contagió de COVID-19 y hasta finales de junio, dos meses después, su PCR no fue negativa. Ha explicado a laSexta, que el coronaviurs puede producir infartos a nivel orgánico y a ella le ocurre en el bazo.

"Tienes ganas de volver a la normalidad, pero no puedes. A nivel psicológico es muy duro", lamenta la joven, que aún no ha conseguido recuperarse del todo.

Marta, de 34 años, después de 150 días también sigue con secuelas. Siente migrañas muy fuertes y dolor de cabeza constante: "Es como si mi cerebro no tuviera espacio", relata.

Ha empezado un tratamiento que por el momento no funciona, y va a rehabilitación dos veces por semana para tratar las pérdidas de memoria y problemas de concentración que en principio, según explica, no van a remitir. "Mis secuelas van a ser de por vida", asegura.

El de Marta y María son solo dos ejemplos de jóvenes que han sufrido y sufren las consecuencias del coronavirus, pero las secuelas que deja la enfermedad son muchas más.

Las secuelas más comunes

Fibrosis pulmonar con dificultad para respirar con esfuerzos, caída del pelo, alteraciones persistentes del gusto y el olfato, dolor de cabeza o deshidratación son algunos de los síntomas más comunes.

Algunas de ellas son incluso más habituales jóvenes como el cansancio constante, que impide desarrollar hábitos normales como subir escaleras, caminar o hacer deporte, los dolores musculares y en las articulaciones, la fatiga o la febrícula.

Además, los expertos advierten: incluso los positivos asintomáticos pueden desarrollarsecuelas a largo plazo.