Como si de un bazar se tratara, robaban de todo: bicicletas, televisores, ollas, lámparas, raquetas de tenis o maquinaria agrícola, incluso animales de granja o mascotas. "Hay tantas piezas, más de 1.000 piezas robadas, que la Policía ha tenido que alquilar una nave para poder depositar todo el material".
Su estilo de robo era el familiar, acompañados de sus mujeres e hijos para no levantar sospechas, se iban de viaje a localizar objetivos para robar: viviendas, naves industriales o explotaciones agrícolas de zonas rurales de Comunidad Valenciana, Cuenca, Albacete o Murcia. Después aprovechando la noche y encapuchados organizaban el asalto. "Necesitaban una infraestructura superior a seis u ocho personas y llevaban casi siempre tres vehículos", explica Alfredo Garrido.
Llevaban operando un año, pero demasiadas ventas de cobre y de latón, nueve toneladas en menos de siete meses, levantaron las sospechas de la Policía. Y tirando del hilo dieron con ellos.
En total hay 16 detenidos, algunos con antecedentes, y 20 identificados. Que en el momento de la detención tenían los objetos robados ya empaquetados, listos para trasladar a Rumanía para revenderlos.