Las secuelas de la operación a la que se tuvo que someter cuando le diagnosticaron un cáncer gástrico impiden a Pilar trabajar. Tiene una incapacidad total y lucha por la absoluta. Según cuenta, la pensión que está cobrando es de 458 euros, pero solo los gastos en medicinas ascienden a unos 300 euros.
Como ella, cada año unas 25.000 personas se encuentran en una situación de vulnerabilidad a causa de su enfermedad. El cáncer es una de las enfermedades con bajas laborales más largas, y los más perjudicados son los autónomos, desempleados y personas con bajos ingresos.
Por comunidades autónomas, los peores datos los encontramos en Baleares, Castilla la Mancha y Canarias. Un 13% de los diagnosticados están en riesgo de exclusión social. "La gente no puede invertir en medicamentos porque no tiene dinero, entonces su calidad de vida es mala", explica Pilar Ruiz.
La Asociación Española Contra el Cáncer pide un plan de protección integral para las familias, que es necesario para que la lucha contra su enfermedad no sea todavía más dura.