Familiares y amigos buscan desde el pasado 18 de marzo a Julián González Peñalba, un joven madrileño de 26 años opositor para la Policía Nacional que desapareció sin dejar rastro tras cerrar sus redes sociales y apagar su teléfono móvil.

Después, lo único que se sabe es que se dirigió a una farmacia para comprar un tranquilizante. Había quedado con sus amigos esa mañana, pero nunca llegó ni avisó de que no iba a asistir, y tampoco ha ido a trabajar.

Su madre, que ha interpuesto una denuncia, ha advertido a los agentes que su hijo se ha llevado las llaves, un saco de dormir y ha roto su tarjeta de crédito.

El desaparecido pesa alrededor de 75 kilos, tiene ojos castaños, cicatrices en el tronco posterior y anterior y una cicatriz en la mano derecha.