Hay un muerto en Huelva que no tiene quien le llore. Y si lo hace, no se acordó de llevárselo consigo. Al menos eso es lo que parece después de que el párroco de Aroche, en Huelva, haya hecho un llamamiento a través de redes sociales para que alguien recoja las cenizas de un allegado que se dejó olvidadas en su iglesia.
Los hechos fueron denunciados públicamente este fin de semana a través de una publicación en la página de Facebook de su comunidad religiosa. "Según parece en el día de ayer, alguien dejó 'olvidada' junto a una de las columnas de nuestra Iglesia Parroquial, las cenizas de algún allegado", escribe el párroco, que entrecomilla el olvido, dando por hecho la buena fe del despiste.
El cura pone plazo a su guarda de los restos mortales del familiar del despistado: "Ruego que lo antes posible, en el plazo de quince días que comienzan a contar desde el día de hoy, se pongan en contacto conmigo y vengan a recogerlas". Porque, una vez pasadas las dos semanas, "entenderé que ya no se trata de un simple olvido sino de un abandono y como tal, tendré que ponerlo en conocimiento de la autoridad competente al tratarse de un delito".
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Según el Código Penal, la profanación de un cadáver o cenizas se castiga con pena de prisión de tres a cinco meses o una multa de seis a diez meses.
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