El ministerio fiscal pide para el acusado una pena de cinco años de cárcel por el delito de apropiación indebida y una multa de 3.300 euros, así como devolver a la entidad financiera la cantidad de 418.700 euros, que fue el dinero que tuvo que reintegrar el banco a los clientes afectados, y con 58.000 euros al único de los perjudicados que no fue indemnizado.
El abogado que se hizo cargo de la defensa del exdirector de la sucursal, Felipe Pacheco, explicó al tribunal que su cliente ya "no está en España" y reconoció que él mismo no pudo comunicarse con él antes de la fecha señalada para el juicio, de modo que ya presentó "escrito de renuncia" para dejar de representarle.
"Desconozco absolutamente dónde se encuentra. La última comunicación fue en agosto", explicó en sede judicial, cuando el acusado habló con una compañera de su mismo despacho porque había sido "detenido en Barajas", aunque posteriormente fue puesto en libertad. También precisó que se puso en contacto con su "entorno familiar" y le dieron a entender que "tenía intención de no comparecer".
El abogado del único damnificado que todavía no ha cobrado el dinero que supuestamente se llevó el exdirector de la sucursal, Francisco Torrijos, insistió para que fuese puesto de forma inmediata "en busca y captura", a lo que accedió el tribunal.
Torrijos explicó a la prensa que su cliente se acercó a la sucursal bancaria para retirar 60.000 euros en efectivo, cantidad que normalmente utilizaba cada semana para hacer "tratos" en la feria de ganado de Castro de Ribeiras de Lea, dado que su profesión es la de tratante de ganado. Según su relato, cogió el sobre que le dio el director sin mirar su contenido, pero "a la media hora" recibió una llamada en la que le explicó que había habido un error y que, en vez de los 60.000 euros retirados, en su interior solo había 2.000 euros.
Al comprobar que esto era así, el hombre se presentó en la sede del banco al día siguiente, pero en la sucursal le explicaron que "era el director y no el banco quien le debía ese dinero". El fiscal considera probado que el director llegó a retirar de las cuentas de seis clientes de la sucursal, sin su consentimiento, algo más de medio millón de euros.