El buque Ángeles Alvariño continúa rastreando palmo a palmo el fondo marino en aguas cercanas a la isla de Tenerife, a más de 1.000 metros de profundidad, tras variar ligeramente su posición en la tarde de este viernes.

La embarcación busca sin descanso en la zona acotada por los especialistas, cerca del lugar donde este jueves hallaba el cuerpo sin vida de Olivia, de seis años, la mayor de las dos niñas secuestradas por su padre a finales del pasado mes de abril.

Ahora, la prioridad es encontrar a la menor de las hermanas, Anna, de un año, así como el cuerpo del padre y presunto asesino, Tomás Gimeno. El barco continuará trabajando sin fecha límite.

Una búsqueda que no está siendo en absoluto fácil, debido en parte a que las condiciones del mar empeoran a medida que pasan las horas. Este viernes por la mañana, el barco estuvo recorriendo un tramo de media milla aproximadamente, de norte a sur y de sur a norte, pero en torno a las 14:20 horas cambió ese rumbo dirección norte-noreste, quedando con la proa orientada hacia el noreste.

Las labores de rastreo son complicadas a pesar de que el Grupo de Apoyo Técnico Operativo (GATO) de la Guardia Civil ha proporcionado a los expertos del Instituto Oceanográfico unas coordenadas muy delimitadas, en las que en los últimos días aparecieron primero la botella de buceo y la funda nórdica pertenecientes a Gimeno y, posteriormente, el cuerpo de Olivia dentro de una bolsa de deportes amarrada a un ancla.

En esos parámetros se sigue moviendo la compleja búsqueda, en un lecho marino de origen volcánico con muchas simas y oquedades en las que podrían ocultarse los cuerpos. Ello, después de que este mismo viernes el análisis forense confirmase que las huellas dactilares del cadáver encontrado en el mar eran de Olivia, ya que coincidían con la base de datos del Documento Nacional de Identidad.

Así, su identificación ya es oficial y científica, aunque el informe de la autopsia sigue siendo preliminar, a la espera del trabajo de patólogos y otros especialistas que puedan determinar la causa de la muerte.

Pese a ello, la principal hipótesis con la que trabajan en estos momentos los investigadores es que Gimeno sedó a sus hijas, las arrojó al mar y posteriormente se suicidó lanzándose él mismo al océano Atlántico, lastrado con un cinturón de buceo.

El hallazgo del cuerpo de Olivia la víspera ha conmocionado a todo el país, tras más de 40 días de búsqueda desde que las niñas fueran secuestradas por su progenitor el pasado 27 de abril, cuando este no las devolvió con su madre a la hora acordada. A lo largo de toda la jornada de este viernes se han sucedido las muestras de solidaridad hacia la familia de las niñas y de repulsa contra el asesinato de las menores, un nuevo crimen de violencia machista vicaria.