Una patrulla de Tráfico aborda a un coche por una infracción. Tras comprobar que el conductor va sin carné, comienza una discusión con el copiloto, que no atiende a las peticiones de los agentes.

Uno de ellos le retuerce el brazo y trata de sacarle del vehículo, aún con el cinturón puesto. Algo que el agente toma como resistencia a la autoridad. Así que tira de pistola eléctrica hasta 11 veces, una de ella en los genitales.

Entre gritos de dolor y chillidos de sus dos hijos pequeños, que lo presencian todo sin entender nada.

Ahora, casi dos años después, una demanda les sienta en el banquillo por una actuación, que incluso mandos policiales califican de sádica.