Latigazos, amputaciones y muerte por lapidación: son las penas salvajes y arcaicas de la ley islámica de la sharía que entran en vigor en Brunéi. Son violaciones flagrantes de los derechos humanos que el sultán defiende: asegura que así se mantendrá la paz y el orden. Según él, habrá educación y respeto

La homosexualidad y el adulterio son ahora delitos castigados con la lapidación en un lugar público. Ahora, ni el sultán se libraría porque varias mujeres han denunciado sus relaciones extramatrimoniales en su harén privado de esclavas sexuales.

Los condenados por robo no pasarán por la cárcel o deberán pagar una multa: directamente, se les amputará una mano o un pie, dependiendo del delito. Y también deben tener mucho cuidado con blasfemar, difamar a Mahoma o apostatar: Brunéi no tiene clemencia y la sentencia es la pena capital.

Estas normas brutales han indignado hasta tal punto que el actor George Clooney ha lanzado una campaña internacional para boicotear los nueve hoteles de lujo propiedad del sultán. Su amigo Elton John, activo defensor de los derechos de la comunidad LGTBI, se ha sumado a la iniciativa. No quieren llenar las arcas de Brunéi y financiar de algún modo sus bárbaras condenas.