El gordo ha dejado 120 millones de euros, que muchos empiezan a disfrutar. Isabel, por ejemplo, en forma de capricho: "Nos ha cambiado la vida a todo el pueblo, hoy toca ponerse guapa, ahora voy a la peluquería. He pedido hora y me han dicho que para una millonaria se cierra la peluquería" Y corriendo se ha ido al salón de belleza que está a 17 kilómetros de Brea.

A la dueña del Bar Plaza también le ha tocado El Gordo, pero hoy sigue trabajando."Hay que seguir trabajando, estoy pagando una hipoteca así que el premio irá para la casa".

Allí, casi todo el mundo ha cogido un pellizco. Por tener ellos el décimo premiado o alguien muy cercano: "No, yo no lo llevaba pero sí mis padres, mi hermana, mis tías..." Pues que aproveche, familia, que el Gordo no toca todos los días.