Así lo ha explicado el jefe de guardia de Bomberos del Ayuntamiento de Madrid, José Luis Egido, según el cual después de desescombrar esta noche los restos peligrosos de la parte alta del edificio ahora se podrá trabajar "a cielo abierto" y a un ritmo más rápido en medio del material derruido.
Los desaparecidos son José María Sánchez, de 56 años, natural de Malpartida de Plasencia (Cáceres), que trabajaba en las obras del edificio a las cinco de la tarde del martes pasado, y Agustín Bello, de 42 años, vecino de Parla (Madrid), que había ido a visitar a un hermano trabajador en las obras, cuando el forjado de la séptima planta cedió por causas aún desconocidas y generó el desplome de las plantas inferiores.
Según el responsable jefe de Bomberos, el equipo que sustituye esta mañana al que ha estado trabajando toda la noche removerá los escombros "capa por capa" e intercalando la operación con perros de rescate para ver si hallan indicios de las personas desaparecidas.
En la parte principal del derrumbe, ha dicho Egido, hay una gran acumulación de forjado de hormigón y de vigas metálicas, que irán retirando con la ayuda de grúas, y que, al contrario que en los colapsos por terremotos, en este tipo de derrumbe hay pocas cavidades".
"Hay que ser realista, hay mucho escombro", ha dicho el jefe de Bomberos, y ha añadido que "el tiempo juega mucho en contra" en la tarea de búsqueda de las personas desaparecidas. Egido ha reiterado que el objetivo principal del trabajo de los rescatistas es "encontrar a las víctimas".
En el momento del accidente trabajaba en la obra una veintena de obreros pero solo los dos hombres ahora desaparecidos quedaron atrapados entre las toneladas de escombros generadas.
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