El conductor del vehículo sólo sufrió heridas leves y fue dado de alta en ese mismo momento. Posteriormente fue detenido por la Policía Municipal por dar una tasa de 0.80 en el control de alcoholemia acusado de conducción temeraria y de un delito contra la seguridad vial.

El accidente tuvo lugar a las 3:00 horas de la madrugada, cuando el conductor, con evidentes signos de ebriedad, perdía el control del vehículo en la glorieta de Rubén Darío, destrozando el mobiliario urbano, un árbol y las persianas de los edificios cercanos para terminar empotrado en la estación de Metro. A fortunadamente la estación se encontraba cerrada y no había viandantes por la zona en el momento del accidente.