Bernardo Montoya, el asesino confeso de Laura Luelmo, ha salido brevemente de la cárcel para hacerse una prueba que será clave para el caso.

Montoya, que ingresó en prisión el pasado mes de diciembre, acudido al hospital para determinar si es o no capaz de mantener relaciones sexuales.

La autopsia indicó que él agredió sexualmente a Laura Luelmo, pero él siempre lo ha negado, alegando problemas de impotencia sexual.

Por ello, su abogado ha pedido la prueba para "corroborar y dar fe de sus problemas de erección". "El objetivo es poder impugnar el apartado de la autopsia del cuerpo de la joven en este aspecto, que ve compatible la agresión sexual" por parte de su cliente a la joven fallecida, ha explicado el letrado.

La prueba consiste en una ecografía, un análisis de orina y otro de sangre.