La historia de Melissa y Caterina, dos chicas italianas, es la historia del amor universal. Sus madres han tardado 20 años en poder hablar sin dolor de un error que marcaría sus vidas.

El 1 de enero de 1998, las pequeñas nacieron con 10 minutos de diferencia en un hospital de Sicilia. Allí, alguien las intercambió, descubriéndose ese error cuando Melissa y Caterina coincidieron, con 3 años, en la misma clase la guardería.

El parecido físico con sus familias biológicas hizo que saltasen las alarmas. En apenas tres días, las pruebas corroboraron sus sospechas y la Justicia decidió que las niñas tenían que volver junto a sus respectivas familias.

Los psicólogos les aconsejaron que no volvieran a verse, pero su vínculo era tan grande que, en vez de separarse ellas, decidieron unirse en una peculiar tribu. "Tengo dos familias, dos madres y dos padres y ocho abuelas", reconoce Caterina. Un amor que une más que la propia sangre.