Bamba tiene 16 años, es de Costa de Marfil y llegó a España en patera. Desde hace unos meses estudia en un instituto de Torremolinos. Fue matriculado allí de forma provisional y ahora quieren trasladarle a un centro para menores inmigrantes.

Sus compañeros y profesores se están organizado para impedirlo, porque además de saber escribir su nombre y lo que quiere ser de mayor, también expresa cómo se siente, y asegura estar "feliz" allí.

Sus compañeros han hecho un gran piña con él, y no se quiere separar de ellos: "Yo aquí no tengo familia y mis compañeros son mi familia", ha afirmado.

La Junta de Andalucía quiere trasladar a Bamba a un centro especializado en menores no acompañados, pero sus compañeros están reuniendo firmas para tratar de evitarlo.

"Queremos que se quede en este centro, porque ya le tenemos cariño", ha señalado uno de sus compañeros, mientras que otra de las alumnas ha aquejado que a una persona que "quiere buscar un futuro mejor" se la aleje de "los primeros amigos que tiene".

Desde la Junta aseguran que en el nuevo centro tendría los recursos necesarios para que se integre social y laboralmente. Además, indican que en Málaga hay 300 niños en residencias básicas. El problema, según ONG's como 'Málaga Acoge', es que cuando los jóvenes como Bamba cumplen los 18, muchos de ellos se quedan en la calle.