El presidente estadounidense no se corta a la hora de tuitear, poco le importa la enorme repercusión que puedan tener sus palabras en sus casi 45 millones de seguidores. Un verdadero quebradero de cabeza para los responsables de comunicación de la Casa Blanca.

Precisamente por estas salidas de tono muchos usuarios han reportado la cuenta del presidente por incumplir sus términos de uso como la incitación a la violencia al amenazar a Corea del Norte, acoso y un amplio etcétera, pero Twitter no ha suspendido la cuenta de Trump alegando que sus declaraciones son de “interés público”.

Pero el día 2 de noviembre de 2017, durante 11 minutos la cuenta de Donald Trump sí fue suspendida, algo inédito y totalmente inesperado. ¿Cómo sucedió? La propia empresa admitió que fue uno de sus trabajadores que por “error” suspendió la cuenta en su último día de trabajo.

El medio 'TechCrunch' ha logrado entrevistar a este misterioso empleado en Alemania, el país donde reside. Su nombre es Bahtiyar Duysak, un joven de veinte años con raíces turcas que nació y creció en Alemania. Duysak llegó a Estados Unidos con un visado de trabajo y estudios y consiguió entrar en Twitter, entre otras empresas, en la sección de confianza y seguridad de la compañía.

Este departamento toma nota de todas las quejas de los usuarios incluidas las peticiones de suspensión de cuentas por violar los términos, y en el último día de trabajo de Duysak, entró una petición más de reportar la cuenta de Trump por incumplir los términos de uso, y según ha explicado Duysak a 'TechCrunch', él se limitó a activar el mecanismo para suspender dicha cuenta.

Acabó su turno y se fue del trabajo. Según relata no creía que fuera a suspenderse la cuenta, pero finalmente sucedió durante 11 largos minutos.

Enseguida la compañía y los medios se echaron encima del joven, pero en la entrevista él ha sido tajante, "no hackeé a nadie. No rompí ninguna regla". Ya de vuelta en su ciudad natal, Duysak ha dicho que solo quiere llevar "una vida ordinaria". "No hice ningún crimen ni nada malo, pero me siento como Pablo Escobar", asegura.