Un avión que cubría una ruta entre el aeropuerto JKF de Nueva York y el de Lieja, en Bélgica, se vio obligado a dar la vuelta para realizar un aterrizaje de emergencia, después de que un caballo se escapara de su establo, en la bodega de la aeronave, en pleno vuelo. Según relata la CNN, el incidente ocurrió el pasado 9 de noviembre en un vuelo de carga operado por Air Atlanta Islandic, cuando ya había alcanzado los 31.000 pies de altura. Fue entonces cuando la tripulación contactó con el control de tráfico aéreo de Boston, para informar de que el caballo se había escapado.

"No tenemos ningún problema para seguir volando", señalaba uno de los pilotos, pero nadie podía garantizar la seguridad del animal. Un representante de la aerolínea señaló a CNN que esta información, extraída de una reconstrucción en un canal de YouTube, era totalmente correcta. El caballo, que acabó herido en el incidente, tuvo que ser sacrificado después, según pudieron confirmar varias personas cercanas al caso.

El avión transportaba un total de 15 caballos hacia Lieja —un importante centro de importación y exportación de caballos en Europa—, cuando poco después del despegue el avión sufrió un episodio de turbulencias, según confirmó el responsable de exportación de animales del aeropuerto JFK, John Cucicelli. Con el movimiento del avión, el animal se asustó y salió hasta la mitad de la barrera del establo, donde quedó colgado, con las patas delanteras a un lado de la barrera y las traseras, atrapadas en el interior.

La reconstrucción del trayecto del avión antes de aterrizar de emergencia después de que se escapara un caballo en la bodega

"El caballo saltó y pasó las dos patas delanteras por encima de la barrera, pero luego se atascó", señaló a CNN Cuticelli. No es algo frecuente, por lo visto: "Es la segunda vez que veo algo así en todos los años que llevo haciendo esto", indicó, recalcando que se trata de un incidente "desafortunado" pero infrecuente, dado que trasladan a miles de caballos cada año.

En las grabaciones se puede escuchar al control de tráfico aéreo accediendo a la petición de los pilotos para volver al aeropuerto JFK que, al tener mucho peso, tuvo que soltar unas 20 toneladas de combustible al este de Nantucket. Se puede escuchar también al piloto pidiendo la presencia de un veterinario tras el aterrizaje, para atender a "un caballo con dificultades". Tras llegar a tierra, tuvieron que desplazar al resto de caballos para meter a los equipos sanitarios, veterinarios y de emergencias en el avión y sacar al caballo herido. Pero una vez que lograron liberarlo de la barrera, determinaron que sus heridas eran demasiado graves para sobrevivir, por lo que tuvieron que practicarle la eutanasia.