La separación entre los edificios es evidente: unos 23 centímetros de inclinación, perfectamente visibles y palpables. Basta colocar una pelota en el suelo de uno de los pisos para comprobar la inclinación del suelo. Junto a cada grieta, los técnicos apuntan la fecha y la hora para seguir la evolución.
El origen del problema podría estar en una avería en la red de abastecimiento de agua. Un hombre comenta: "Una pérdida de agua ha ido lavando el terreno hasta erosionar de tal manera la cimentación que la ha dejado en el aire". Por eso, no dejan de inyectar cemento en el subsuelo de los edificios.
Un técnico dice que "han metido un tubo bajo el terreno unos cuatro metros y hay zonas donde hemos metido hasta 15 toneladas de cemento". Para sufragar los gastos de estas obras urgentes, los vecinos de los inmuebles afectados han logrado reunir unos 28.000 euros, una cifra que no llega para pagar ni para la primera factura.
Un vecino señala: "De aquí al viernes tenemos que pagar 86.000 euros además de los esfuerzos que hemos hecho". "Por ejemplo, yo le he tenido que pedir a mis familiares dinero", afirma un vecino. Un total de 13 familias han tenido que ser desalojadas y llevan días en casas de familiares o en pisos de alquiler.
Otras ocho familias están pendientes también de una posible salida forzada. "Con miedo, vamos, porque la otra noche se cayeron tres o cuatro azulejos de mi baño y estamos que nos vamos, que no nos vamos", comenta una mujer.
La empresa de aguas se ha comprometido a hacer un anticipo para afrontar los gastos de las obras. Pero están pendientes aún de la resolución de la compañía aseguradora. La paciencia de los vecinos empieza a agotarse: hoy se han concentrado frente a sus casas para pedir una solución urgente.
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