Los autores de pinchazos a mujeres en discotecas o zonas de ocio podrían ser acusados de violencia de género, aunque no tuvieran la intención de drogar o drogar a nadie. Estas agresiones están provocando pánico social y cabe recordar que un simple alfiler puede contagiar enfermedades y virus como el VIH o la hepatitis.
Serían delitos de lesiones con agravante de género en las que las fuerzas de seguridad ya están trabajando, buscando crear protocolos especiales en busca de espacios seguros.
Haya o no sumisión química, hay un riesgo elevado para la salud de la víctima en estos pinchazos, además del miedo generado y el coartamiento de su libertad. La magistrada Gloria Poyatos explica a laSexta ese "impacto desproporcionado" que sufren las víctimas, que son mujeres "mayoritariamente o en su totalidad".
En la misma línea se manifestó la ministra de Justicia, Pilar Llop, que criticó que esa acción de "desalmados" está provocando "la expulsión de las mujeres de los espacios públicos" de ocio. "Necesitamos saber qué pasa en el fenómeno del pinchazo, no sabemos si hay sustancias en determinados casos, pero es un hecho grave porque se nos expulsa de espacios de diversión y ocio donde queremos estar", lamenta.
A su juicio, "son delitos gravísimos" que acarrean no sólo secuelas físicas sino también de "inseguridad". Los casos que se investigan en España ya llegan a los 55.
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