Wilson, de 67 años y que ha recurrido su condena a doce meses de privación de libertad emitida a principios de julio, "no tendrá autoridad en la iglesia", señaló el administrador de la archidiósesis de la ciudad australiana de Adelaida, Greg O'Kelly.

El religioso compareció ante la prensa después de conocerse la víspera que el papa Francisco aceptó la renuncia presentada el 20 de julio por Wilson, quien es el miembro de la iglesia católica de mayor rango condenado por un caso relacionado con abusos sexuales a menores. Previamente, Wilson había anunciado que no dejaría su cargo mientras el procedimiento legal siguiera abierto.

"La dimisión pone fin a un período de incertidumbre", zanjó O'Kelly, quien justificó la demora a la convicción del culpado sobre su inocencia y a pesar de que parte de los religiosos australianos ha mostrado su disconformidad con la sentencia.

El director ejecutivo de los Servicios Católicos Sociales en Australia, Frank Brennan, dijo al medio ABC que, "si bien Wilson debió renunciar tan pronto como fue condenado por encubrimiento de abusos sexuales, él es aún uno de los hombres buenos". "Creo que es un sacerdote de buena reputación y que si quisiera participar en algún tipo de trabajo pastoral entonces creo que debería ser bienvenido", remarcó Brennan.

La renuncia llega después de que las autoridades australianas, incluidas el primer ministro, se pronunciaran a favor de que Wilson dejara el cargo. "Doy la bienvenida a la dimisión de Philip Wilson como arzobispo de Adelaide, que reconoce tardíamente los diversos pedidos, incluido el mío para que dimita", dijo Turnbull en un comunicado.

"No puedo evitar pensar que él renunció porque estaba bajo una enorme presión por parte de los supervivientes de abusos sexuales y sus compañeros obispos", comentó Peter Gogarty, una de las víctimas del sacerdote pederasta James Fletcher, a quien Wilson encubrió, a la emisora ABC.

La condena contra Wilson es por haber ocultado a la Policía entre 2004 y 2006 los supuestos abusos sexuales que cometió el sacerdote James Fletcher en la década de 1970. Fletcher fue hallado culpable en 2004 de pederastia y fue condenado a diez años de prisión al año siguiente, pero falleció en 2006.

Una comisión oficial que investigó la respuesta de las instituciones australianas a los casos de pederastia reveló que la Iglesia católica, con fuerte arraigo en el país, recibió quejas de 4.500 personas por presuntos abusos de unos 1.880 hermanos y sacerdotes entre 1980 y 2015. El Gobierno australiano tiene previsto en octubre pedir perdón en nombre del Estado a las víctimas.