Volver al trabajo presencial tras la pandemia ha hecho mella en la salud mental. Y eso conlleva consecuencias: "La presencialidad va a representar una situación completamente novedosa no exenta de estrés", ha advierte Consuelo Tomás, psicóloga especialista en Psicología Clínica.

Para los empleados, esto se traduce en casos de ansiedad y depresión, y para las empresas en bajas laborales. En este sentido, Emiliano Rodríguez, médico de Atención Primaria, señala que "se ha constatado que la depresión es la primera causa de baja laboral y de pérdida de productividad en la mayoría de los países desarrollados".

Se trata de algo que nos influye a todos, pero que ha pasado más factura a los declarados 'servicios básicos' durante la pandemia. "Los sectores que han tenido más carga de trabajo y presión son aquellos en los que se está notando ahora los riesgos psicosociales", afirma José María Cobano, secretario Federal de Salud Laboral en UGT.

"La depresión se ha incrementado en un 38% y el estrés agudo en un 31%"

Además, la precariedad y la eventualidad se han convertido en motivo de aumento de las cifras de riesgos en la salud mental: "La depresión se ha incrementado en un 38% y el estrés agudo en un 31%", indica al respecto Cobano.

A esto hay que sumarle la incertidumbre en algunos casos. Por ello, Consuelo Tomás, defiende que "es muy importante que haya una comunicación fluida en la empresa, que se les explique cuándo van a volver y qué tareas son las que tienen que realizar"

Ante esta situación, las empresas han puesto en marcha proyectos destinados a prevenir el inicio de nuevos casos de depresión, "reducir los síntomas depresivos y ansiosos y mejorar el bienestar físico y mental", según subraya Olaya Tamayo, neuropsicóloga de IBSAL.

Un ejemplo de ello es una app que pretende mejorar nuestra salud mental, "obteniendo una disminución del absentismo y la pérdida de productividad, así como los costes sanitarios y los pagos por discapacidad". Empleados y empleadores deben ir de la mano en esta carrera a fondo.