Atada, amordazada y ahogada en la bañera en un edificio del suroeste de Francia, así han encontrado a Manuela, una sevillana de 36 años, profesora de español, según fuentes de la investigación.

Muerta, todo apunta, a manos de su marido, un ciudadano francés. Los padres de ella, que estaban de visita desde la localidad sevillana de Pilas, yacían abatidos por golpes contundentes.

"La chica había llamado a su padre y le había dicho que fuera a por ella porque la iba a matar", asegura una vecina de Pilas.

Al nieto, de sólo dos años, le han encontrado asfixiado por el incendio que había provocado el presunto asesino, su propio padre, para luego suicidarse.

"Vimos fuego y humo saliendo de la ventana del dormitorio y sangre chorreando por todo el marco", cuenta otra de las vecinas.

Ha sido un truculento y brutal desenlace tras una discusión que empezaba a las cinco de la mañana, que alertó a los vecinos y que, según cuentan, era una de muchas.

De hecho, compañeros de la asesinada dicen que le había denunciado por violencia de género y estaría en vías de separarse.