El cóctel es muy peligroso: jornadas de sexo en grupo de varios días que se aguantan consumiendo muchas drogas. Paco es adicto al 'Chemsex' y conoce sus riesgos: "Gente que va a robarte, a darte drogas hasta dejarte inconsciente y robarte o pincharte con su jeringuilla y transmitirte algo".

Enfermedades de transmisión sexual o actitudes violentas. Andrés ha sufrido las consecuencias de estas peligrosas prácticas, aunque no las ha abandonado: "Me transmitieron el virus del VIH por mi mala cabeza. Simplemente te dejas llevar, estas súper a gusto, vas borracho o con bastante alcohol, te empiezas a drogar y pierdes un poco el control".

El miedo al VIH se pierde en estas sesiones. Sólo hay que ver una aplicación de contactos, donde una de las preferencias es chicos con VIH. El Ayuntamiento de Barcelona es la primera administración que ha dado la voz de alarma; considera el 'chemsex' un problema de salud pública. Alerta que se mezclan sustancias como cocaína, pastillas, popper, viagra e incluso mefedrona, la más peligrosa al inyectarse y al compartirse las jeringuillas.

La Coordinadora Estatal de VIH lleva meses preocupada por este tema, Juan Román Barrios, presidente de Cesida aplaude la preocupación mostrada por Barcelona: "Creo que es una iniciativa pionera en este tema la del ayuntamiento de Barcelona y otras comunidades deberían tomar ejemplo para tomar cartas en este asunto". La asociación catalana 'BCN Checkpoint' abrirá consultas psicológicas para abordar el problema. En Madrid ya hay algunas que han comenzado programas. Su eslogan es claro: "Que no se te vaya de las manos".