"Abuelas de Plaza de Mayo celebra el encuentro de otro nieto que durante 42 años vivió con su identidad cambiada", ha celebrado el grupo de activistas, que trata de localizar a quienes durante la dictadura militar fueron secuestrados o nacieron en cautiverio y fueron dados en adopción a familias leales al régimen castrense.

Su madre "era una activa militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT)" en Tucumán que fue secuestrada hasta dos veces. Tras su primer cautiverio, que duró varias semanas, nació Marcos Eduardo, su tercer hijo. La segunda vez fue capturada junto a sus hijos Ismael y Marcos Eduardo", han contado.

"Los niños fueron trasladados a una casa. Esa fue la última vez que Ismael vio a su hermano menor. Luego de permanecer una semana allí, Ismael fue trasladado a otro domicilio del que escapó muchas veces hasta que en una ocasión logró ubicar a su tío paterno, quien dio aviso sobre su paradero al padre del niño. Así lograron recuperarlo. Desde entonces sabe que tiene un hermano menor que fue secuestrado", han explicado las Abuelas.

"Así se pudo encontrar a Marcos Eduardo, quien accedió voluntariamente a realizarse los exámenes de ADN en el Banco Nacional de Datos Genéticos", han relatado. "El nuevo nieto conoció la noticia y se encontró con su familia que lentamente, junto a las Abuelas de Plaza de Mayo, lo ayudará a reconstruir su historia e identidad", han añadido.

"Las fosas comunes descubiertas allí, en las que se identificó a más de un centenar de desaparecidos, junto a la comprobación de la existencia de un capítulo local del plan sistemático de apropiación de niños, vuelven a colocarla ante la evidencia del horror", han denunciado.

Las Abuelas de la Plaza de Mayo han considerado que este nuevo caso "debería contribuir a acabar con el negacionismo, la justificación y el olvido que subsisten en parte de la sociedad (argentina) y, en particular, en la provincia Tucumán". Además, han pedido "fortalecer a los organismos que desde el Estado intervienen en el esclarecimiento de estos delitos de lesa humanidad", si bien han subrayado que la ayuda de la sociedad "es indispensable".