La asistenta de Pilar, una anciana que murió por un posible contagio de coronavirus en la localidad madrileña de Leganés, lleva seis meses okupando la vivienda de esta y se niega a abandonarla pese las denuncias de la familia, según ha informado una hija de la fallecida.

Rosana, la hija de Pilar, estuvo ingresada durante 40 días por COVID-19 en el hospital y fue allí donde recibió la noticia de la muerte de su madre, una mujer de 75 años que, en apariencia, "estaba bien", ha contado.

Según ha explicado, la asistenta fue quien se encontró con el cadáver de su madre cuando acudió al domicilio, del que se tuvo que hacer con un juego de llaves, ya que era la propia Pilar quien le abría la puerta cada día, cuando acudía durante dos horas a ayudarle en la limpieza y otras tareas del hogar.

A continuación, la asistenta llamó al seguro de decesos, informó de que la mujer no tenía familia y se puso como beneficiaria del seguro, decidiendo también la incineración del cadáver, ha explicado la hija de la fallecida.

"Nadie en el seguro comprobó nada, eso es lo más turbio", ha dicho Rosana, que afirma que diez días antes de la muerte de su madre, la asistenta había cambiado la titularidad de los suministros de la vivienda, de la que ya no salió.

Fuentes policiales han confirmado a EFE que la familia de Pilar presentó una denuncia en marzo por estos hechos, aunque la hija de la fallecida ha explicado que la han ido ampliando a lo largo de los meses y que también tienen intención de denunciar a la asistenta por un posible delito de homicidio. "Tenemos dudas y queremos que se investigue la muerte de mi madre", ha comentado.

A lo largo de estos meses, según Rosana, han intentado negociar con la mujer su salida de la vivienda, ofreciéndole incluso 5.000 euros o el pago de un alquiler durante seis meses en otra casa. "Pero ella nos pidió 15.000 euros y luego nos dijo que hasta que no se lo dijera un juez, no se iría de la casa", ha añadido.

"Ella dice que está con sus dos hijos, pero los vecinos se temen que esté alquilando habitaciones porque hay mucho movimiento de gente en el portal", ha asegurado Rosana, que ha contratado a una empresa dedicada a expulsar a los okupas de las viviendas para intentar echar a la asistenta.