Son objetos de coleccionista, pero también sirven como terapia para las personas con alzhéimer. Se trata de unos bebés hiperrealistas creados con todo lujo de detalles. Tanto que sus pestañas son injertadas una a una y la parte superior de su labio brilla igual que los mocos de un recién nacido, explica la pintora Estefanía Agudo.

Estos bebés de silicona o de vinilo son auténticas obras de arte. Se crean a partir de la simulación de una cabeza de un recién nacido. Y con muchas horas de trabajo y de dedicación, asegura la artesana Mamén del Moral.

"Capa a capa, de venas y de rojeces, hacemos todos los detalles y con una aguja muy finita pinchamos cada pelo", detalla la artesana Adriana Colombo al ser preguntada por el pelo de estos pequeños. Así, confiesa que tardan una media de dos o tres días para crear estos bebés 'de verdad'. De hecho, tienen hasta un hospital propio para reparaciones.

"Esto del bebé reborn hay que vivirlo y sentirlo en los brazos", recomienda emocionada una mujer. Esto es precisamente lo que hacen algunos enfermos de alzhéimer. "Se han dado cuenta de que los cogen y regresan a cuando eran pequeños. Eso les calma", explica la artesana.

Tranquilidad o impresión, se puede comprobar el efecto que provocan estos pequeños adquiriendo uno de ellos. Sus precios parten de los 360 euros, cifra con la que se puede vivir la experiencia de cambiar un pañal - que no huele - a un bebé que, de tan real, asusta.