Hay quienes dan vueltas en la cama, hasta que en plena madrugada se levantan y van directos al frigorífico a por algo de comer para saciar la ansiedad. Un comportamiento que si se reitera en el tiempo puede transformarse en un problema y tiene nombre: el síndrome del comedor nocturno.

Lo explica a laSexta la psicóloga Jimena Rodríguez. Por la noche aparecen los fantasmas, todos esos sentimientos y emociones que hemos evitado durante el día y la manera que utilizamos para regularnos es a través de la comida. "A corto plazo recibimos un alivio, pero no es un recurso funcional porque además, a través de la comida aparece la culpa".

Los afectados comen el 25% de la ingesta diaria después de la cena, y la gran mayoría con este problema, un 70%, toma hidratos de carbono de composición compleja, como puede ser la pasta, el arroz, patatas o frutas y yogures.

Y debido al volumen de la ingesta, la primera comida del día se retrasa. Eso luego influye en que no llevas alimentación correcta durante el día.

Este trastorno de conducta alimentaria está provocado por el estrés, los conflictos emocionales o la ansiedad. Aunque es un comportamiento que afecta a hombres y mujeres por igual, se concentra especialmente en personas que tienen entre 30 y 50 años.

"Muchas de estas personas piensan que van a dormir mejor, pero lejos de eso, no duermen mejor porque el azúcar y los hidratos de carbono te activan", cuenta la nutricionista Blanca Canalejo. En definitiva, nos lleva a una alimentación desequilibrada que puede traer consecuencias físicas y mayor predisposición a sufrir obesidad.