Los últimos cuatro metros hasta llegar al niño tendrán una anchura de un metro. Pero el acercamiento horizontal al pozo donde se cree que está el niño es el tramo más peligroso.

Para ello es necesario que el túnel sea estrecho y evitar que no derrumbe. Los mineros tendrán que trabajar tumbados y arrastrándose.

Es muy probable que picarán a mano, para que las vibraciones no provoquen un derrumbe. Cada varios centímetros deberán apuntalar el túnel con troncos y solo podrán trabajar a la vez dos personas, turnándose cada media hora.

Es lo que dura la bombona de oxígeno que llevarán con ellos. La gran duda es el terreno: si la tierra es dura tardarán mucho más en llegar al niño, pero si la tierra es blanda, el riesgo de que les sepulte será mucho mayor.

La previsión es que en las próximas horas finalicen los trabajos en la plataforma, al alcanzar los 30 metros de profundidad previstos, y pueda comenzar la perforación del primer túnel paralelo al pozo de más de 100 metros y 25 centímetros de ancho donde cayó el niño el pasado domingo.

El delegado del Colegio de Caminos y Canales de Málaga, Ángel García, explicó el jueves que una vez que se empiece este viernes la perforación, se estudiará la manera de compatibilizarla con la posible continuidad de la succión en el pozo donde cayó el menor.

Aunque se empezará con uno de los túneles verticales, se contará con una segunda perforadora para empezar el otro en cuanto los técnicos lo determinen.

También, ante la posibilidad de que se registren lluvias en los próximos días, se construirán zanjas para un posible drenaje del agua caída.