Entre la multitud del encierro en San Fermín se encontraban ellos: los miembros de La Manada apenas cuatro horas después de su violación en grupo a una joven en el portal de un edificio de Pamplona. Varias cámaras de seguridad les captaron entre la muchedumbre tras la descripción que su víctima había hecho de ellos.
La primera toma de ellos es en la calle Mercaderes: La Manada se mueve tranquilamente e incluso se aprecia cómo uno de ellos se hace una fotografía con su teléfono móvil; hasta ahí llega el nivel de detalle que ofrecen las más de 200 cámaras de seguridad dispuestas por toda la ciudad.
Su recorrido continuó por la calle Estafeta, donde otra cámara vuelve a filmar al grupo. Se aprecia incluso la conversación de uno de los miembros de La Manada con un agente de seguridad que le obliga a desprenderse de una riñonera antes de participar en el encierro. En pleno recorrido se distingue a ese mismo miembro poniéndose una camiseta azul y otra blanca encima de la primera.
Las cámaras captan con detalle el momento de duda de La Manada. Parece que amagan con salir del recorrido del encierro pero ya es tarde: los toros ya han salido y tienen que huir siguiendo el cauce de la carrera. Así, son grabados de nuevo bajando a toda velocidad hacia la plaza de toros. Aún no sabían que minutos después serían detenidos gracias a las descripción de la víctima y a las potentes cámaras de seguridad.