Llegó a su módulo, se desprendió de sus pertenencias y pidió más mantas de las que tenía asignadas. En su primera noche en la cárcel, Bernardo Montoya se ha mostrado desafiante. Una actitud que contrasta con su salida de los juzgados. Tras cinco horas de declaración, miró a los periodistas fijamente y pidió perdón: "Pido disculpas a la familia. Lo siento".

La jueza le acusa de asesinato, detención ilegal y agresión sexual, y ha decretado prisión provisional comunicada y sin fianza. El cuerpo de Laura Luelmo fue hallado el lunes con un golpe en la cabeza y signos de violencia en el cuello. Un vecino dio la voz de alarma. "Una persona ha llamado que, paseando por el campo, por el monte, ha localizado un cuerpo" explicaba Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, delegado del Gobierno.

Se le perdió la pista hace 10 días, tras hablar con su pareja a las cuatro de la tarde. El último registro lo detecta un repetidor a nueve kilómetros de El Campillo, pero localizan el cadáver en dirección contraria, a unos cinco kilómetros de su casa. El martes detienen a Montoya. Acababa de salir de prisión, 17 años después, acusado de asesinar a una anciana de 82 años.

Confiesa ante los agentes que golpeó a la joven, que la introdujo en el maletero de su coche y que la abandonó con vida en el lugar donde fue hallada, pero niega que la haya violado. Una versión que no coincide con la investigación. "Intenta rebajar años como buenamente puede, se las sabe todas, es un taleguero, un tipo con experiencia en los tribunales de justicia y en las cárceles" explica Manu Marlasca.

La autopsia demuestra que sí la agredió sexualmente. Los agentes creen podría haber ocurrido en casa de Montoya, donde encontraron restos de sangre de Laura. La familia de la joven de 26 años pedirá la prisión permanente revisable para Bernardo Montoya.