Ishtar enciende los micrófonos cada semana desde algún lugar del mundo, y reúne a decenas de mujeres sin temor a una represión que roba la voz a las saudíes, sometidas a un patriarcado que se resiste a un cambio en su país.

Llevan un mes en antena con la emisora de Nsawya FM (Feminismo, en árabe) e Ishtar, como quieren que la llamen, asegura que ellas necesitan el canal de radio "ahora más que nunca" por la "persecución" en Arabia Saudí contra las activistas encarceladas en los últimos meses que han luchado durante décadas por los derechos de la mujer.

Protegidas por el anonimato, un equipo que supera las 24 voluntarias, oriundas de Arabia Saudí y de otros países, se reúnen cada semana para grabar el programa de radio que cuenta con más de 4.000 seguidores en Twitter, aunque viven en "alerta porque la represión alcanza a todo el mundo en esta etapa". "Simplemente, ellos temen al cambio", señala Ishtar, porque la sociedad saudí "está hecha de un solo molde".

"Es normal que nos enfrentemos a unos machistas que temen romper esos moldes, en los que se han educado y que los han colocado en un grado junto a los dioses, algo que lograron sin merecerlo y que no desean perderlo", indica. El acoso sexual, la persecución a las activistas en Arabia Saudí y la petición de acabar con la tutela del varón, que da al hombre autoridad para tomar decisiones en nombre de ellas, son algunos de los temas que se denuncian en la emisora.

"Tras los dos primeros episodios, hemos constatado que el Gobierno saudí nos ha bloqueado ¿por qué tiene miedo? Siempre proclama que las saudíes viven bien, como reinas. ¿Por qué el Gobierno tiene miedo ahora?", se pregunta una de las locutoras, que afirma que van a buscar otras plataformas para que los oyentes sigan escuchando el canal.

Arabia Saudí ha logrado callar, por el momento, a destacadas defensoras de los derechos de la mujer saudí como Loujain al Hatloul, Iman al Nafyan y Aziza al Yusef. Éstas, figuran en una lista de doce arrestados desde hace más de tres meses acusados de "terrorismo" y de mantener contactos con individuos y organizaciones "hostiles" al reino, según la Fiscalía General saudí.

Ellas querían acabar con las restricciones que han relegado a las mujeres a un segundo plano en una sociedad anclada en una tradición primitiva y en una visión extremista del islam, como el veto de conducir para las mujeres.

El Gobierno saudí levantó esta prohibición hace unos meses, pero antes de que las activistas pudieran ponerse al volante, las autoridades metieron a varias de ellas en la cárcel, una acción denunciada por numerosas organizaciones no gubernamentales aunque contemplada en silencio por la comunidad internacional.

Desde "una provincia" del reino ultraconservador, la saudí Zeinab, que también usa un pseudónimo por motivos de seguridad, indica que ha escuchado desde Arabia Saudí los programas de Nsawya FM, en los cuales las locutoras "son muy sinceras y dicen las cosas por su nombre".

"Es importante que exista un contenido feminista porque creo que han robado la voz a la mujer", manifiesta. Además, añade que "las otras voces no cuentan bien el sufrimiento, tal y como es. Son voces que solo revelan un cuarto del sufrimiento que pasan" las saudíes. Esas "otras voces" son aquellas de la "clase alta que ignoran" lo que se vive, aclara Zeinab. Por ese motivo, Nsawya FM "es lo que queremos para encontrar nuestras verdaderas voces", concluye.