La Audiencia Provincial de Murcia ha condenado a dos años de cárcel al dueño de un bar por un delito contra la libertad de los trabajadores, por prostitución y corrupción de menores y por atentar contra la integridad moral de sus empleadas.

El hombre, de 62 años y que tenía otras condenas por estafa y conducción sin permiso, ofrecía contratos de trabajo a camareras siendo menores de edad algunas de ellas y las instaba a intimar con los cientes del local e, incluso, a cumplir supuestamente los deseos sexuales de los mismos, según ha recogido 'La opinión de Murcia'.

"Tenéis que ser unas putillas, así el negocio irá bien; si el negocio va bien, estaréis aquí fijas". Con estas declaraciones, que ha recogido el diario del relato de hechos probados, la justicia entiende que el dueño del bar coaccionaba y chantajeaba a las mujeres para conseguir el puesto de trabajo.

Posteriormente, también habría llegado a exigir a las víctimas que mantuvieran relaciones sexuales con él y con los clientes a cambio de conservar su empleo. "Si hacéis esto, vais a cobrar más dinero; no seáis tontas que nadie se va a enterar", dijo el condenado, según ha apuntado el fiscal del caso.

Para la Audiencia Provincial, "los hechos tienen connotaciones sexuales indiscutibles, al obligar a menores y jóvenes demandantes de empleo, o camareras ya bajo su dependencia, a ofrecer y mostrar a la clientela actitudes inequívocamente sexuales". Además, acusa al hombre de "supeditar su acceso al puesto de trabajo o su permanencia en él a la entrega carnal indiferenciada y remunerada a clientes, lucrándose en ello".

La sentencia también recoge que el dueño del local debe indemnizar en concepto de responsabilidad civil a dos de las víctimas con 6.000 euros a cada una.